A pocos días de que comience la Semana Santa en Málaga, la Virgen del Rosario, en la parroquia de la barriada malagueña de El Palo, amanece llorando sangre. Horas después, la Virgen de los Remedios, en la iglesia de los Mártires, y la Virgen de la Expiración, en la parroquia de San Pedro, repiten el supuesto milagro. En los cinco días siguientes tres imágenes más aparecerán con el rostro maculado de sangre: la Virgen de la Amargura en la ermita de Zamarrilla, María Santísima de la O en la Iglesia de los Mártires, y la Virgen de la Esperanza en su Basílica, junto al cauce del río Guadalmedina. A partir de ese momento la ciudad de Málaga sufre una invasión de cuatro millones de fieles que paralizará la vida de todos sus habitantes. El Vaticano enviará a uno de sus hombres en la sombra, un jesuita malagueño llamado Elías que lleva 30 años sin regresar a su ciudad huyendo de unos sucesos terribles que vivió en su adolescencia. A sus investigaciones se unirán el singular comisario Javier López y una periodista local: Micaela, muy avezada en los reportajes de investigación.
La novela transcurre durante los ocho días que dura la Semana Santa, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Durante esos ocho días, los tres personajes bucearán en un escenario urbano donde todo girará alrededor de los millones de fieles que han transformado la ciudad. Viajarán a través de la cruenta historia de la “quema de conventos” en los albores de la II República y de los años de represión posteriores a la Guerra Civil Española. Lucharán para no perder sus vidas y serán testigos de cómo se comportarán los millones de fieles que invaden la ciudad guiados por su Fe en las Vírgenes milagrosas. Reconciliará con sus antepasados a un viejo judío salvado del holocausto nazi por la intervención del azar, y unirán a los dos protagonistas de una hermosa historia de amor rota por los avatares de la Guerra Civil. Elías se verá obligado a regresar hasta su infancia para perdonarse todo el dolor que provocó.
En esta novela la Fe y la Razón dirimirán sus fuerzas detrás de un propósito que se repite en todas las cartas, y que los protagonistas sólo comprenderán al final de la historia: “Salvar el alma de la ciudad”.